Pepe Henríquez de Luna

Presentación

Pepe Henríquez de Luna Álvarez Mendizábal nació con la pasión por el campo y la caza grabadas a fuego en sus genes..

Proviene de una familia vinculada al campo manchego donde han mantenido durante siglos su actividad agrícola y ganadera pasando de una generación a otra.

Aunque nacido en Ciudad Real, su infancia transcurrió en el Argés provincia de Toledo junto a sus hermanos Rafael, Juan y Luis, en una casa de campo rodeados de animales.

Recuerda con cariño como su padre algunos días les esperaba en la puerta del colegio en Toledo con el coche de caballos ya que desde pequeños los hermanos han disfrutado de sus juegos siempre a lomos de un caballo, mulo o burro.

Sus abuelos fueron quienes le iniciaron en el apasionante mundo de la caza siendo sus maestros cinegéticos, junto con sus tíos Antonio Mendizábal y Juan Ignacio Henríquez de Luna.

En la finca familiar de “El Casar” con sus primos Mendizábal pasaban numerosos fines de semana donde su abuelo Rafael impartía lecciones tirando al plato o compartiendo sus numerosas experiencias de caza y vida.

A los 14 años lo “civilizan” enviándolo al colegio Alfonso XII de San Lorenzo de El Escorial donde finalmente termina la carrera de Derecho en la Universidad María Cristina.

Compagina la abogacía con la gestión agrícola y ganadera de la finca Valdarachas en Ciudad Real, propiedad que desde el año 1627… es decir, con casi 400 años de historia han luchado por mantener la dinastía manchega de los Treviño, Medrano y ahora Henríquez de Luna a través de la figura de los antiguos Mayorazgos.

Se define como un modesto cazador, cuyo mayor trofeo o logro cinegético es mantener vivo el legado que sus mayores le han transmitido para que esas enseñanzas y modo de entender el campo y la caza no muera nunca y se siga perpetuando de generación en generación.

Y la cocina es una de esas tradiciones que también heredó de sus mayores, siendo uno de los fundamentos de la actividad cinegética, ya que según dice, ¡si no comes lo que cazas ni comes ni cazas!.